viernes, 26 de junio de 2015

Agradecimiento de CESAR.

Hola:

Quería agradeceros el obsequio que me habéis hecho hoy, un precioso zootropo por los que siento mucha admiración.  Tal vez por que sólo manifiesta su magia si está en movimiento. Me ha hecho muchisima ilusión.

Contaros que desearía compartirlo con muchos padres y madres que han trabajado más que yo en el cole desde que entró Marina hace seis años. Muchos de ellos son de nuestra clase de sexto. Fueron los que me animaron a implicarme en la vida del colegio. También desearía compartirlo con las mamás y papás de infantil que han llegado a la escuela como un buen viento, un viento Tarambana, tan alocado como consciente de los sombreros que cambia de cabeza, aireando la estancia y aportando ideas, esfuerzos e ilusión.

Mi trabajo en la escuela ha pretendido dar un ejemplo a Marina, a mi hija. Que Isa y yo nos implicáramos en la vida del espacio educativo y vivencial donde pasaba gran parte de las horas de su infancia, era como decirle que la escuela es importante. Pero con el lenguaje de las acciones. Era mostrarle que debíamos trabajar por la comunidad educativa en la que estaba inmersa, no sólo con aquellos aspectos que la afectaban de modo exclusivo, sino por la globalidad.

De toda la gente que ha dedicado tiempo y dedicación a la escuela, yo he sido un privilegiados; otros trabajan en la sombra pero en mi caso, pongo cara a mis quehaceres. Realmente mi actividad en el cole tenía una recompensa inmediata: la sonrisa de los niños y las niñas a las que les contaba un cuento o con quienes realizaba un taller. Ese era ya un regalo. 

Y el obsequio más bonito que me ha brindado la escuela ha sido que los niños y niñas del Sancho Panza me conociesen; ir por la calle y que un niño que camina por el barrio con sus padres se detenga un instante y sonriendo me diga "Hola papa de Marina"... eso si que es un regalo guapo. 

Espero que lo sigan haciendo.

Un beso y mil gracias. 

Cesar Elvira

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